viernes, 30 de agosto de 2013

Los autobuses en Japón

Japón, país de contrastes. De contrastes y con un sinfín de normas de urbanidad y protocolo, probablemente no escritas, que, sin duda, pueden sorprender a más de uno. Con el de hoy empiezo una nueva sección en el blog: Idiosincrasia japonesa. Un espacio donde encontraréis explicaciones sobre todos aquellos elementos cotidianos de la sociedad japonesa que a nosotros, occidentales, pueden llevarnos al equívoco e incluso a incomodar u/o a ofender a los propios japoneses.

Una de las cuestiones que más me sorprendió de mi primera visita a Japón fue la forma de subir y pagar en los autobuses.  En España, y en muchos países de Europa, subimos al autobús por la puerta delantera y seguidamente pagamos el billete, ya sea directamente al conductor o bien introduciendo el bono correspondiente en una máquina.  Además el precio del billete acostumbra a ser siempre el mismo independientemente de la distancia recorrida.


En Japón esta liturgia es completamente distinta y no son pocas las situaciones rocambolescas y conflictivas que pueden llegarse a ver en un autobús. Para empezar, subimos al transporte público por la puerta trasera y deberemos pagar, con la cantidad justa, una vez llegados a nuestro destino. Introducimos el dinero en una máquina que cuenta las monedas al instante indicando al conductor si se ha efectuado el pago justo. La máquina dispone de varios orificios. En la parte superior, el espacio para arrojar las monedas y validar de forma magnética nuestro bono de autobús. En la parte frontal dispone de una ranura para introducir el bono de autobús, un orificio para el cambio de monedas y otra ranura que tiene la misma función para los billetes de 1000 yenes.


Las diferencias no terminan aquí y es que durante el tiempo que he vivido en Japón he tenido la oportunidad de subirme a autobuses con formas de pago distintas. En Kioto, por ejemplo, el billete cuesta 220 yenes (unos dos euros), en cambio, en Miyazaki, el precio del billete variará dependiendo del número de paradas recorrido, de la distancia. En este caso, al subir al autobús deberemos coger un papelito que nos indica el número de parada  y durante el trayecto, estar pendientes de un panel situado a la altura de la cabeza del conductor para conocer el precio del billete.  



Otra cosa que sorprende de los autobuses japoneses es el propio conductor. Siempre ataviado con uniforme y guantes blancos nos ira indicando el nombre de las paradas, el momento en que arranca y frena el vehículo  y si hay giros bruscos. Es decir, el conductor no solamente se encarga de conducir el autobús durante el trayecto sino que durante el mismo está pendiente de la comodidad y la seguridad de los pasajeros. Algo estrechamente ligado al cumplimiento de las normas sociales del pueblo japonés.


Sin duda toda una aventura para todos aquellos recién llegados a Japón.

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